
Actualizado el domingo, 22 diciembre, 2019
La Finca Chantilly la mejor alternativa al Palacio de Versalles
Como el resto de Europa, Francia es una tierra que rebosa de historia y monumentos que se encuentran sembrados por todo el país, desde París a Marsella pasando por Bourdeos o Lion no hay una sola ciudad que no merezca la pena visitar, hasta los pueblecitos más desconocidos pueden revelarse toda una sorpresa. Ese es el caso quizás de Chantilly, una fantástica ciudad que nace a los pies de un castillo, la grandiosa Finca Chantilly.
Situada al sur de la región septentrional de la Picardía y a sólo 40 km al norte de París, Chantilly es una tranquila localidad que se encuentra en el interior de un parque natural, uno de los bosques de más de 6.000 hectáreas rico de flora y fauna que componen el Parque Natural Regional de Oise-Pays, además del Bosque de Ermenonville y el antiguo bosque real de las hayas, el Bosque de Halatte, que suman en total unas 60.000 hectáreas de reserva natural. Para llegar a Chantilly se puede utilizar el transporte público como el tren incluso desde el mismo de Charles de Gaulle con billetes que incluyen el viaje y la entrada a la finca, también se puede optar por el transporte privado o el autocar.
Historia del Castillo de Chantilly
Al contrario de muchas ciudades, la localidad de Chantilly nace a partir de la creación hacia la Edad Media de un castillo fortificado que controlase el camino que unía Paris a Senlise. Por ello se construye sobre un pequeño promontorio que surgía entre las marismas del Valle de Nonette. Con el paso del tiempo fue adquirido por familias aristocráticas que lo convirtieron en un verdadero palacio real que nada tiene que envidiar al mismísimo Versalles.
Qué ver en el Palacio de Chantilly
El aspecto exterior de la finca rodeada de enormes espejos de agua salpicados de pequeñas islas verdes que conectadas entre conducen al complejo principal, un precioso palacio de estilo renacentista ecléctico que evoca a los castillos de los cuentos de hadas de la Disney. Una preciosa estampa que es el resultado de una evolución a lo largo de los siglos a partir de 1394, con los primeros propietarios descendientes del mayordomo de Luis VI, hasta las últimas restauraciones realizadas por la familia Codé en 1820. Los arquitectos responsables de esta fantástica obra de arte son en su mayor parte Jean Bullant y Honoré Daumet por lo que respecta al edificio en si, mientras el autor del espacio exterior que rodea el complejo, se debe al arquitecto paisajístico André Le Nôtre. Por lo que la visita a la finca se puede dividir en dos partes por una parte el castillo y sus dependencias y por otra los jardines.
El Petit Château y el Château Neuf estas son las partes más antiguas de todo el castillo, comprende las torres y el edificio que las une donde se encuentran los apartamentos de los príncipes de Condé. Algunas de las salas más destacadas son la Sala de la Guardia, el Salón de la música y la Galería de las acciones del señor príncipe
El Castillo de Enghien se trata de uno de los anexos, concretamente el que se encuentra en las inmediaciones del parque, delante del castillo principal, la casa de los huéspedes obra del arquitecto Jean-François Leroy.
El Campo de Tennis como su propio nombre indica es en realidad una pista cubierta para practicar este deporte creada en 1757 por Henri-Nicolas Cousinet
La Casa de Sylvie es otro de los anexos, este se encuentra en medio del bosque y por algún tiempo fue la residencia del poeta Théophile de Viau, protegido de Enrique II de Montmorency.
Las Escuderías es el último de los edificios y aunque eran las cuadras, hoy es un centro de exposición que acoge el Museo Ecuestre.
Otras alternativa a Versalles
Visitar el Palacio de Vaux le Vicomte
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